Ha pasado un año desde nuestro
último viaje a las Islas,
y una vez más hemos podido acudir a la cita con ese
paraíso.
Este año en vez de ir
directamente a “Fuerteventura”, volamos a Lanzarote. Habíamos querido programar
un par de días allí para hacer un recorrido por la Isla y recordar los lugares
que habíamos visitado hacía unos años. Desgraciadamente el tiempo no nos
acompañó y casi perdimos esos dos días, ya que los animales que íbamos a buscar
estaban desaparecidos por el “frío” y el aire, y los lugares de interés estaban
súper masificados al no repartirse la gente por las playas y las piscinas.
El tiempo con un aire que nos
arrastraba y producía una sensación de frío considerable nos impidió
fotografiar a una de las dos especies que íbamos buscando: La variedad de
lagarto que habita en la zona de La Corona (Gallotia
atlantica laureae). Las fotos son de hace cinco años.
Por otro lado las filas interminables de turistas, nos quitaron las ganas de entrar al tubo volcánico de los Jameos para tratar de ver al Cangrejo blanco y ciego (Munidopsis polymorpha) endémico de los Jameos.
Las fotos también son de hace cinco años de nuestra primera visita a la isla. Aclarar que el cangrejo blanco en la mano fue una casualidad: Era marea baja y el nivel de la charca había descendido, este cangrejo estaba en medio del camino y había sobrevivido al tropel de gente que le pasó por encima. Lo devolvimos de inmediato al agua.
Este año lo más relevante en
cuanto a fotografía fue sacar un clásico de la Isla, se trata del “Telamón”
El primer nombre de este barco
fue “Temple hall”.
Este pecio lleva desde 1981
encallado en una pequeña ensenada al lado del puerto de Arrecife, y es un
clásico para los amantes de la fotografía que visitamos la Isla, por lo que no
se puede resistir la tentación de fotografiarlo, aunque sea imposible conseguir
ya una fotografía inédita de él.
Visitamos el charco de
Los Clicos también conocido como lago verde. Es llamativo el contraste del
color verde del agua del lago con el negro de la playa y el rojizo de las
erosionadas paredes que lo rodean. El color verde dicen que viene dado por un
alga que vive en este lago y que se llama Ruppia maritíma.
La Geria, donde volvimos a
admirar de nuevo la forma de cultivo de las vides con las cepas plantadas en
agujeros y protegidas con paredes de lava formando semicírculos, rectángulos, o
tapiales, que confieren al paisaje un aspecto singular. El terreno cultivado
también está cubierto por una capa de lava molida para conservar mejor la
humedad.
En cuanto a la flora de la isla,
llamó la atención el gran número de líquenes, sobre todo en los alrededores de
Timanfaya.
Las clásicas agrupaciones de caracoles
Cochinillas (Dactylopius coccus) de las que se extrae el ácido carmínico
Este escarabajo
Eran carnavales, y este gato parecía haberse disfrazado de mosquetero o de Groucho Marx
Poco mas pudimos hacer en la isla. Destacar que las vistas desde el hotel eran preciosas, ésta es la panorámica que se divisaba desde nuestra terraza: La isla de Lobos y al fondo Fuerteventura.
A pesar de estar tan próximas, para nosotros Lanzarote es totalmente diferente a Fuerteventura, la masificación de gente agobia. Cuando partimos de la isla de los volcanes, lo hicimos con una sensación agridulce, pues el mal tiempo nos impidió hacer prácticamente todo lo que teníamos planificado
Cruzamos en ferry el estrecho de
15 Km que separa las dos Islas, dejando a la izquierda el islote de Lobos
Desembarcamos en Corralejo que es
el núcleo que alberga la mayor parte del turismo de la Fuerteventura. Nuestro
destino era Tarajalejo a unos 80 Km hacia el sur, es decir había que cruzar casi
toda la Isla, así que recogimos en el mismo puerto el coche que habíamos
reservado y nos dirigimos hacia el hotel.
Aunque el tiempo había mejorado, los alisios aún soplaban con bastante fuerza,
por lo que decidimos evitar la arena del desierto de Corralejo y bajar por la
costa oeste (barlovento) en dirección al Cotillo para ver el oleaje que suele
haber en esa costa.
Aquí es a donde suelen acudir muchos
surferos a practicar todas las modalidades de este deporte. Un poco al norte
del pueblo está el faro de Tostón, y allí es todo un espectáculo verles
practicar el kitesurf en medio de un oleaje que impresiona.
Seguimos ruta hacia el sur, todo
estaba lo mismo que en años anteriores, sin embargo algo si que nos llamó la
atención, en muchas partes de la Isla el tono rojizo del suelo había cambiado
ligeramente a verde.
Las pocas lluvias habían hecho su
efecto y era agradable ver cono habían brotado pequeñas plantas, incluso en
algún punto había pequeñas praderas, y las cunetas de las carreteras estaban
llenas de florecillas. Las balsas que otros años estaban secas, este año tenían
agua y se veían bastantes aves, la cosa prometía.
Teníamos ganas de llegar al hotel
para dejar las cosas y continuar con nuestro plan de vacaciones “afotando” todo
lo que se pusiese a nuestro alcance.
Llegamos a Tarajalejo al mediodía
después de hacer varias paradas por el camino recordando los lugares recorridos
en pasados años.
Los molinos
Como en años anteriores éramos
los únicos españoles en el hotel, aparte de algunos de los empleados. Nos
habían reservado la misma habitación del año anterior, y nos
colmaron de atenciones.
Después de comer dimos un paseo
por el pueblo, todo seguía igual, únicamente habían reparado los desperfectos
del pequeño puerto que ocasionó el temporal del año anterior, el mar estaba
como un plato (estamos en la costa de sotavento) y el tiempo era el habitual de
la Isla: sol, aire y una temperatura entre 17º y 20ºC. Estábamos preparados
para empezar a disfrutar de los 10 días que teníamos por delante.
Para empezar en las afueras del pueblo vimos
una de las aves que no hay en nuestra tierra el Camachuelo trompetero (Bucanetes githagineus) pero nos pillaron con un objetivo corto y esto fue todo lo que pudimos hacer.
También en la playa y en las
rocas de la costa había varios Vuelvepiedras (Arenaria interpres)
Habíamos planificado dedicar las
mañanas a buscar y fotografiar toda la flora, fauna y paisaje que se pusiese a
nuestro alcance, y las tardes a hacer un turismo algo más “clásico” modificando
el plan sobre la marcha según nos apeteciese.
Debido a la aridez de la Isla las
aves más fáciles de localizar son las acuáticas, bien sea en la costa, o en las
pequeñas balsas de riego diseminadas por la zona. Hay una red de carreteras
secundarias que recorre la zona delimitada por el istmo de la Pared y la
carretera entre Pájara y Gran Tarajal, este tramo de unos 20 Kms de largo,
alberga varias balsas de riego, un humedal protegido (Humedal de la Rosa de Catalina García) y una zona de cultivo,
aunque en estas fechas estaba en barbecho.
El habitante mas grande de estas
balsas es el Tarro canelo (Tadorna ferruginea) es casi como un ganso de grande. Era normal ver a este escandaloso pato en todas las balsas,
aunque no en gran número, ya que casi siempre eran parejas lo que veíamos.
Vimos también un pequeño grupo de
Cercetas comunes (Anas crecca) bastante
desconfiadas
Las Fochas comunes (Fulica atra) estaban entregadas a los
juegos nupciales.
En las balsas rodeadas por algo
de vegetación se veían algunas Pollas de agua (Gallinula
chloropus)
Por las orillas fotografiamos
varios limícolas: El Archibebe claro (Tringa nebularia)
La Agachadiza común (Gallinago
gallinago)
El Chorlitejo chico (Charadrius
dubius)
El Andarriós grande (Tringa
ochropus)
El Andarriós chico (Actitis
hypoleucos)
Y las Cigüeñuelas (Himantopus
himantopus)
En cuanto a las garzas vimos cuatro representantes de esta familia: La Garza imperial (Ardea purpurea)
Garza real (Ardea
cinerea)
Garceta común (Egretta
garzetta)
Garcilla bueyera (Bubulcus
ibis)
Otro de los recorridos que hacemos es
dirigirnos hacia el sur, en esta ruta el primer pueblo que encontramos es la Lajita, aquí
hay un zoológico y un jardín de cactus. Del zoo me reservo la opinión, ya que
no soy partidario de enjaular animales salvajes, digamos que no es un zoo
clásico tipo cárcel, pero tampoco es un Cabárceno. Sin embargo el jardín de
cactus es una verdadera maravilla que merece la pena ver.
Lindando con el zoo hay un vivero de árboles, palmeras y todo tipo de plantas, y en el exterior hay un
pequeño estanque al que acuden a beber todas las aves de la zona. Este conjunto
de agua y vegetación hace que en esta zona haya siempre una gran concentración
de aves.
Seguramente escapados del zoo, por
aquí, y también en los jardines del hotel en Tarajalejo que está a 6 Kms,
llevamos varios años viendo a este pájaro.
Es del tamaño de un mirlo y emite
un canto bastante fuerte y estridente que no se parece al de algo que conozcamos. Si alguien lo conoce me gustaría saber de que especie se trata, ya que
no consigo catalogarlo. Este año hemos visto varias parejas, lo que quiere
decir que ya están anidando por la zona. Después de días buceando en Internet he conseguido localizarlo, se trata de un Bulbul cafre (Pycnonotus cafer) y es originario del Nepal; otro fugado que se han quedado a vivir aquí.
Otros “invasores” más conocidos para nosotros son los Pardillos
(Carduelis cannabina). Les hemos visto en grupos por casi todas las
zonas de la isla en que hay algo de vegetación, pero aquí en la Lajita y en Costa
Calma ya forman bandos.
Siguiendo hacia el sur llegamos
a otra de las zonas, en este caso es algo más pequeña que la anterior, se trata
del propio istmo que une la península de Jandía con el resto de la Isla. Aquí
se extiende un pequeño desierto (jable) y en el centro, en la costa de
sotavento, está una de las dos zonas residenciales del sur de la Isla: Costa
Calma.
Los jardines de esté núcleo
urbano bordean la carretera a lo largo de más de un kilómetro, con una anchura en uno de
los lados de unos cien metros. es una zona bastante arbolada y recorrida por un
pequeño camino. Aquí las aves tienen cobijo y sobre todo agua, aunque la verdad
lo que mas nos llama la atención en estos jardines son “las lagartijas”, se
trata del Lagarto atlántico (Gallotia atlántica mahoratae) aunque pasan
desapercibidos para la mayoría de la gente, hay cantidad de ellos y nos gusta
ver como buscan comida, incluso este año tuvimos la suerte de verles aparearse.
En Costa Calma vimos también bastantes pájaros: Jilgueros, Pardillos, Mosquiteros, Currucas, Gorriones, Tórtolas.......pero lo que más nos llamó la atención fue este
Petirrojo (Erithacus rubecula) ya que pensamos que aquí no le había.
Un paseo por el camino demuestra
la vida que hubo y hay en esta zona. Miles de restos semi fosilizados de algún tipo de abeja alfarera, muchos restos de caracoles, huellas
de conejos, ardillas, y aves, aunque no se suelen ver otras señales de vida.... lógicamente la actividad será nocturna.
Sin embargo si que este año vimos
a este “crustáceo” que el año pasado se nos resistió, se trata de una
cochinilla gigante si la comparamos con las que estamos acostumbrados a ver por
aquí, su nombre es Porcellio spinipes y miden aproximadamente unos 3 cms.
En esta zona hay una playa enorme que tiene dos accesos separados varios kilómetros, el de la playa de la barca y el del risco el paso, y aquí si que apetece darse un baño
Seguimos hacia el sur para
dedicar otra jornada a Morro Jable. Estamos en la mitad de la península de
Jandía, en las urbanizaciones y zona turística de Morro Jable, ya que la
población en si está un poco más adelante.
Esta zona turística es muy
singular, ya que la recorre una avenida bastante larga, como de un par de kilómetros. Por la
derecha de la avenida todo son tiendas, hoteles, restaurantes, etc. mientras
que la parte izquierda bordea una franja de marisma entre la playa y la
avenida.
Vista desde la avenida
Vista desde el faro
Este espacio goza de protección especial, por su flora y por dar cobijo a aves migradoras. Esta rodeado por una simple cerca de madera y hay dos o tres pasarelas que unen la avenida con la playa para que acceda la gente.
El 98% de
todo lo que se mueve por aquí es alóctono. Si empezamos por los humanos, oír
hablar en castellano es una excepción, incluso en alguna de las tiendas les
cuesta hablar nuestro idioma, y por supuesto de entrada se dirigen a ti en alemán……..Mejor nos centramos en los
animales empezando por las aves.
Las más abundantes son las Tórtolas turcas (Streptopelia decaocto) están presentes por todos los sitios y se comportan igual que las palomas de cualquier ciudad. Son tan confiadas que cuando estábamos paseando por el jardín que hay a la entrada de Morro Jable, Mary se puso a desenvolver una galleta y al oír el ruido del papel comenzaron a rodearla, e incluso no dudaban en subirse encima para pedir comida.
Las más abundantes son las Tórtolas turcas (Streptopelia decaocto) están presentes por todos los sitios y se comportan igual que las palomas de cualquier ciudad. Son tan confiadas que cuando estábamos paseando por el jardín que hay a la entrada de Morro Jable, Mary se puso a desenvolver una galleta y al oír el ruido del papel comenzaron a rodearla, e incluso no dudaban en subirse encima para pedir comida.
Entre ellas vimos este ejemplar casi blanco.
Las Cotorras argentinas (Myiopsitta monachus) siguen a las tórtolas, no se si en
número, pero si en escandalosas, ocupan el palmeral que hay en la entrada, y
actualmente se encontraban preparando
los nidos, que son bastante voluminosos.
Hay también dos especies de Ibis
pululando por la zona, el Ibis sagrado
(Threskiornis aethiopicus) y el Ibis hadada (Bostrychia hagedash) el primero anida en el palmeral
junto con las cotorras como pudimos comprobar el año pasado en que
fotografiamos y vimos crecer a los polluelos, sin embargo este año estaban
empezando a construir el nido.
Al Ibis hadada, se le puede
ver por los jardines próximos también a un zoo que hay en la entrada, y sobrevolando
por encima de los edificios. Cuando va volando emite una especie de graznido
muy potente parecido al maullido de gato.
Hay también bastantes palomas
Como aves autóctonas vimos a los Gorriones
morunos (Passer hispaniolensis)
Al Bisbita caminero (Anthus berthelotii) muy abundante por todas las zonas
Y a las Gaviotas patiamarillas (Larus michahellis)
Pasando a los mamíferos estaban las Ardillas
morunas (Atlantoxerus getulus)
totalmente adaptadas a vivir de los turistas. Este año nos pasó algo parecido a
lo relatado de la tórtola: Estábamos cruzando por una de las pasarelas que
unen la avenida con la playa, nos
pusimos a desenvolver un caramelo, y al oír el ruido del papel empezaron a
aparecer por todos los lados.
También hay conejos de monte (Oryctolagus
cuniculus) estos son más desconfiados que las ardillas y no les vimos
arrimarse a la gente, más bien se escondían en los matorrales si alguien se
paraba en el borde a mirarles, pero volvían a salir al poco tiempo.
Lo que nos queda por recorrer de
la península de Jandía nos llevará como mínimo un par de días, uno para cada
una de las dos rutas que hay.
La carretera asfaltada termina en Morro
Jable y nos quedan unos 20 Kms de caminos de tierra para llegar a un conjunto
de pequeños edificios y caravanas estáticas al que llaman Puertito de la Cruz,
y finalmente al faro de Jandía en la Punta del tigre que es donde termina la Isla.
El mar en este punto es todo un
espectáculo ya que el oleaje está garantizado.
Sin embargo las olas más
llamativas se producen como a un par de Kms de la costa donde parece que se
juntasen “los dos mares” allí se forma un remolino como si hubiese un desagüe y
periódicamente las olas chocan una contra otra levantándose el agua a varios
metros.
Como vamos próximos a la
costa de sotavento, al regreso podemos ir visitando las playas y calas normalmente
desiertas, al menos en esta época, que nos vamos encontrando.
En estas playas además de aves, podemos encontrar plantas como la Uva de mar (Zigophillum fontanensi).
Otra jornada la dedicaremos a la
otra ruta, algo más larga que la anterior, y un poco mas variada en lo que se refiere al paisaje. A medio camino entre Morro Jable y el Faro de
la punta de Jandía, sale otra ruta que se dirige hacia el poblado de
Cofete cruzando la montaña para pasar a la costa de barlovento.
En cuanto llegamos al alto y
damos vista a la costa las vistas son impresionantes. En toda la bajada la
única vegetación son los Cardones (Euphorbia
canariensis) y las Aulagas (Launeana
arborescens, que nos permiten tomar algunas fotos interesantes.
Una vez abajo no se alcanza a ver
el final de la playa por ninguno de los dos lados, la única pega es que el mar
no ofrece un aspecto acogedor para darse un baño. Damos un pequeño paseo por la
playa ya que el aire azota bastante y no es agradable que te golpee la arena. Echamos un
vistazo a la casa de los Winter y tomamos el camino de regreso.
Hacía bastante aire y los únicos animales que vinos fueron esta mamá y su pequeño.
A la vuelta paramos en la entrada del valle
de donde parte una senda que va a también a Cofete pero cruzando a pie la
montaña. Allí buscamos los otros cardones (Euphorbia
handiensis) a los que por cierto este año nos costo algo más localizarlos,
y nos llamó la atención el tono verde que cubría las laderas de las montañas,
que siempre habíamos visto sin nada de vegetación.
Algún día lo dedicamos a pasear
por los alrededores del hotel y los pueblos próximos visitando los lugares tradicionales,
por ejemplo este faro que nos faltaba para “la colección” Es el faro de La
Entallada” se encuentra en el alto de un acantilado y hay que recorrer una
carretera bastante retorcida y con una buena pendiente en su tramo final.
Volviendo a las aves este año
vimos bastantes Buteos, aquí les llaman Aguilillas (Buteo buteo) aunque no pudimos
fotografiarlos pues siempre los veíamos desde el coche y volando, y también vimos Cernícalos comunes (Falco tinnunculus)
como el de la foto, que está tomada en la entrada a la ciudad de Betancuria
También vimos bastantes Perdices
morunas (Alectoris barbara) estaban ya emparejadas.
El verlas en el terreno es
verdaderamente difícil ya que se camuflan perfectamente (hay una en la foto).
En la carretera entre Betancuria y Pájara hay un mirador en el punto más alto del recorrido que se llama Los Granadillos. Aquí aparte de encontrar una de las colonias más grandes de Ardillas morunas hay varias aves que comparten el enclave, como los Gorriones morunos, el Bisbita caminero, y el Cuervo canario (Corvus corax canariensis)
Y este otro un Alcaudón real (Lanius meridionalis)
Una de las cosas que nos habíamos
propuesto este año era fotografiar Guirres (Neophron
percnopterus majorensis) así que nos dispusimos a buscar el
muladar que hay en Tiscamanita para procurarles alimento.
Vista de la guirrera
En este enclave había unos cuantos Guirres, pero era imposible acercarse sin que te localizasen 300 metros antes. Lo único que pudimos hacer fue fotografiarles en vuelo. El caso es que el día que llegamos cuando íbamos de camino al hotel vimos uno posado en la cerca de un corral de cabras a unos 30 metros. Le estuvimos viendo un buen rato, pero el equipo no estaba preparado y aunque nos separamos y lo preparé, cuando regresamos se había marchado.
Con los Guirres dábamos por
terminada la localización de aves, ya que las que nos faltaban (la Hubara y el
Corredor sahariano) estaban fuera de nuestras posibilidades este año, pues con
el vehículo que teníamos no podíamos adentrarnos en las zonas que habitan, no
obstante si que dejamos previstas para el próximo año las zonas en que íbamos a
buscarles y donde podíamos alquilar un vehículo 4x4 un par de días.
No obstante como broche de oro
queda esta pequeña joya endémica de la Isla, se trata de la Tarabilla canaria (Saxicola
dacotiae) este año conseguimos fotografiar a esta pareja e incluso las hicimos este pequeño vídeo.
Y como no, falta también uno de nuestros objetivos,
la Danaus plexippus, más conocida
como la Monarca. Ya conseguimos localizarla el año pasado pero no habíamos
podido fotografiarla en condiciones. Este año vimos Monarcas en cuatro puntos
de la Isla: Betancuria, Pájara, La Lajita y Costa calma. Las distancias entre los dos puntos más lejanos no llega a los 50 Kms, estando por el medio los otros dos puntos,
es decir equivaldrían a un mini paseo para esta especie migradora, que
aparentemente va colonizando todas las áreas con vegetación de la Isla.
Dentro de los invertebrados estos
arácnidos como la araña Orbitela (Cyrtophora citricotav) estaban
entre las buganvillas de Pájara. Sus telas eran impresionantes tanto por la ejecución
como por el tamaño, pues tenían más de un metro de ancho.
Al ver el tamaño de estas telas pensamos
que la araña irá acorde con él, pero no es así, la araña Orbitela apenas mide un par de cms.
Otra de las características de
estas telas es que no son pegajosas, los insectos se enredan en los hilos y acaban
cayendo a la red del fondo donde les
espera la araña. Aquí las vemos guardando su
puesta.
Más común pero con un color mas
llamativo que las de nuestra tierra estaban las Arañas de jardín (Araneus diadematus) a esta la fotografiamos en Betancuria.
Este año si que saque las Tabaibas
(Euphorbia balsamifera) que
hay entre Pájara y Betancuria, son diferentes de las de Lanzarote, al menos a
mi me parecieron más grandes y robustas
El tiempo pasó volando, durante
10 días recorrimos los paisajes volcánicos, contemplamos sus construcciones clásicas y disfrutamos de sus aguas
cálidas incluso en está época del año, y volvimos a observar la fauna y flora de la Isla.
Sin darnos cuenta estábamos de
nuevo en el aeropuerto. Fuerteventura volvió a cumplir
nuestras expectativas, y como en años anteriores nos volvimos a casa con varios cientos de fotos y vídeos, y por supuesto con ganas de volver.
Hasta la próxima.
mucho arte teneis con la camara, me encantan las fotos
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