Estamos en León a mediados de
Septiembre ya está todo el
grano recogido, y ya está segada y recogida también la hierba de los prados de nuestra montaña. Los campos han quedado desnudos, y esa desnudez deja al alcance de nuestra vista todo lo que ocurre en el suelo de praderas y rastrojos.
grano recogido, y ya está segada y recogida también la hierba de los prados de nuestra montaña. Los campos han quedado desnudos, y esa desnudez deja al alcance de nuestra vista todo lo que ocurre en el suelo de praderas y rastrojos.
En este terreno hay un
“habitante” que está en la base de la pirámide alimenticia y sirve de alimento a varios
animales: El Topillo.
Aunque son varios los
depredadores de estos prolíficos animales hay especies que se aprovechan de
ellos más que el resto. Aves como los Ratoneros y los Cernícalos, y mamíferos como
los Gatos monteses y los Zorros, tienen en estas fechas basada su alimentación
en estos roedores de los que consumen un buen número, ayudando así a su control
y evitar que se conviertan en una plaga. La forma de capturarles y el
estar en terreno abierto, nos permite disfrutar observando su maestría en la
caza.
Pero en esta ocasión, la entrada vamos a dedicársela solamente al
Felis
silvestris, es decir al Gato montés.
Como todos los felinos, este animal tiene
un atractivo especial, y disfrutar observándole mientras caza no tiene precio. La
combinación de su vista y de su oído, ambos súper desarrollados, así como su
rapidez en el ataque, hacen que los topillos a pesar de ser también muy
rápidos, tengan muy pocas posibilidades de salir airosos cuando han sido
localizados por este soberbio animal.
Esta semana hemos pasado en León
el primer temporal o ciclogénesis explosiva de la temporada. Todo el día
anterior y la noche se los pasó lloviendo y con un vendaval considerable, pero
a las 7:00 de la mañana se veían las estrellas, así que decidimos subir hasta
la montaña para ver si veíamos algún Gato montés, y al mismo tiempo ver si los Venados habían
comenzado a moverse.
La noche debió de ser horrible y
pronto empezamos a ver ratoneros posados en el suelo y en los postes tratando
de secarse, como este pobre, que más que una “arrogante rapaz” parecía una
pobre gallina.
No llovía pero hacía bastante
aire y cuando nos dirigíamos a la zona elegida, de pronto vimos en un
pequeño valle una silueta inconfundible,
un gran Gato estaba campeando. Busqué donde aparcar y volví sobre mis pasos,
pero había desaparecido.
El aire me daba fuerte de cara, y el agua caída por la
noche hacía que el monte estuviese “blando” y se pudiese avanzar sin hacer
ruido, así que tomé la ladera derecha y decidí subir valle arriba y ver si se destapaba. Había un cambio de nivel a unos cuantos metros, y cuando di vista al resto del valle allí estaba
el Gato a apenas 30 metros de mí.
Cuando salí del coche pensé que
el Gato no se habría movido y como había visto donde apoyarme no lleve más que
la cámara. Ahora cuando estaba tumbado de costado en la ladera tratando de
enfocarle a pulso con el tele me acordé del trípode, del monopie, y de…….varias
cosas más.
Perdí de sacar unas fotos de
calidad, aunque tomé alguna representativa y pase un rato observándole
sin que me viera.
Después y aprovechando que el Gato estaba de espaldas intente moverme, pues me estaba mojando y quería buscar una posición algo mejor donde pudiera apoyarme, pero a pesar del aire me debió de oír o de ver, y como es natural salió corriendo.
El día no había hecho más que
empezar así que seguimos buscando y pronto vimos otro gato. Esté estaba bastante
lejos, así que decidimos esperarle a ver si se destapaba más y
se acercaba.
Tuvimos suerte y esta vez la
Gata, una preciosidad, nos entretuvo un buen rato permitiéndonos tomar unas
cuantas fotos y algún vídeo mientras campeaba buscando topillos, unas veces más cerca y otras más lejos de nosotros pero siempre a la vista.
Andaba un poquito y se echaba o se sentaba a escuchar, volvía a andar y repetía la operación, y así hasta que localizaba la presa.
La vimos capturar topillos, y
fallar uno que la debió de mosquear, pues a continuación se fue al monte y se sentó bajo un
árbol a esperar que se la pasase el cabreo.
Aprovechamos el momento para
irnos sin molestarla, y cambiamos de zona para ver si los venados se movían.
Vimos varias hembras pero ningún macho, lo que quiere decir que aún no han
empezado a berrar, pero es cuestión de días que lo hagan, mientras, esta hembra
nos dejó fotografiarla a placer moviendo las orejas como si fuesen un radar para
localizar a la “ametralladora” que no conseguía ver.
En fin una buena mañana, pues vimos tres Gatos monteses y nos volvimos para casa con un montón de fotos, y lo que es mejor con la satisfacción de haber visto en acción a estos formidables felinos.
Espero que os haya gustado. Hasta la próxima.
Espero que os haya gustado. Hasta la próxima.
Me encantó leer toda la información, y no sabia que ese tipo de gatos se llaman así , ya que conozco muchos w que tienen en casa., gracias por compartir tan hermosas fotografías.
ResponderEliminarMe alegro que te gustase. Saludos
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