miércoles, 27 de diciembre de 2017

Balance 2017


 

Se termina el año y toca hacer balance de lo más significativo que nuestros
contactos con la Naturaleza han dado de sí en este 2017. Un pequeño resumen de ese tiempo pasado en el campo en el que te inhibes por unas horas de los problemas cotidianos, y que a lo largo de estos doce meses ha dado lugar a muchas situaciones, muchas de ellas plasmadas en miles de fotos. Describir todas sería larguísimo, así que solo comentaremos alguno de los hitos más significativos de este 2017 que se va.

Climatológicamente en León como en casi toda España hemos tenido un año un tanto diferente debido a las condiciones meteorológicas tan especiales que se han venido dando desde la pasada Primavera hasta ahora, y que han generado unos escenarios distintos a los de otros años. La sequía que ha dejado sin agua a casi todos los enclaves húmedos de la zona, ha ocasionado que los habitantes habituales de estos humedales hayan tenido que cambiar de lugar, y eso los que han podido hacerlo, ya que otros muchos como los peces y muchos anfibios desgraciadamente han muerto o su población se ha visto reducida de una forma drástica.


Otra cosa que ha marcado a este año especial en estas tierras, fue una gran helada a finales de Abril que bajó los termómetros a -7º C después de unas semanas primaverales o casi veraniegas, esa helada acabó no solo con toda la floración que se había adelantado, sino también con todos los brotes nuevos de árboles y arbustos, lo que ha ocasionado que de cara al Otoño en una gran parte de la provincia no haya apenas frutos, es decir comida. Esa situación junto con la mencionada sequía ha motivado que muchas especies, y no solo las que dependen de zonas húmedas, hayan tenido que cambiar de lugar y los transeúntes otoñales hayan pasado por aquí muy de corrido.

Esa falta generalizada de agua, ha hecho que los bebederos que algunos conservamos hayan adquirido un protagonismo más especial de lo habitual, pues han ayudado a mantener en su entorno tanto a las aves como a los mamíferos de la zona.

Aunque el aporte continuo de agua a los mismos ha sido laborioso,  el resultado obtenido compensa con creces el trabajo realizado, y ha sido una satisfacción ver como estos pequeños oasis han ayudado a los polluelos de las aves que anidan en su entorno a salir adelante, y han facilitado ligeramente la vida a todos los animales de los alrededores.



Sin embargo aquí ha sido un año muy bueno para las rapaces, pues tanto Milanos negros como Ratoneros, Calzadas, Buitres y alguna otra especie más, han sacado adelante sus polluelos sin problema.


Puestos en situación comenzamos diciendo que a nosotros cualquier disculpa nos sirve para estar en contacto con la Naturaleza, por lo que hemos ido combinando las salidas al campo con las visitas a nuestros hides.

Empezamos por el hide fijo que mantenemos desde hace unos años. Decir que cada día tiene más visitantes tanto "alados" como "peludos" lo cual es una satisfacción, aunque a veces esto ocasiona que una de las condiciones indispensables para que tanto nosotros como los comensales disfrutemos, y que es la de pasar desapercibido, se vea seriamente comprometida.

Como ya he reflejado en varias entradas de "Mi Blog", a nuestro hide acuden habitualmente y dependiendo de la época del año un buen número de Milanos, tanto reales como negros, Ratoneros, Aguiluchos laguneros, Águilas calzadas, Buitres.... junto con toda la gama de Córvidos de la zona, pero también otras especies menos comunes en el hábitat que nos rodea nos han sorprendido gratamente y nos han permitido disfrutar con su presencia.








Comenzando por los más grandes, durante todo el verano los buitres fueron comensales habituales, y posiblemente atraídos por ellos, otros visitantes aparecieron más o menos esporádicamente, entre ellos lo más llamativo fue recibir la visita de un Buitre negro, de un Águila real, y de varios Alimoches.








En este hide hay un pequeño estanque que mantenemos desde hace ya dos años, y que además de ser utilizado por las aves rapaces citadas, atrae a cientos de otras pequeñas aves que lo han tomado como punto de referencia, y poco a poco vamos anotando un listado de "bebedores y bañistas" que supera ya las 70 especies. 





Estos son algunos de los fichajes nuevos de este año, de arriba a abajo: Picogordo, Zarcero poliglota, Bisbita alpino, Cogujada común, Lavandera cascadeña, Collalba gris, Escribano soteño.








También y además de los que he mencionado hemos tenido otros visitantes muy especiales, y que de no haberlos fotografiado dudaría que su presencia no hubiese sido un espejismo, pues nunca hubiese pensado que podían vivir en este tipo de hábitat y tan cerca de nosotros. Afortunadamente la desconfianza de algunos de ellos y los hábitos nocturnos de otros, de momento les van manteniendo en el anonimato y a salvo de escopeteros sin escrúpulos, y por mi parte así seguirán disfrutando de la tranquilidad que les brinda ese anonimato.

Pero no todo es disfrutar en el hide, ya que es muy duro mantenerlo dentro de un coto de caza, pues ves impotente como animales con los que de alguna manera estableces un vínculo, incluidos los que pertenecen a especies protegidas, de repente desaparecen y después de un día de caza esperas con incertidumbre a ver si todos los animales que conoces acuden, y en qué condiciones lo hacen.

Al hilo de esto, quiero recordar a uno de nuestros primeros visitantes, una zorrina que sobrevivió a una batida que esos "deportistas" dieron hace dos temporadas y en la que mataron a sus padres. Se presento en el hide medio arrastrándose y muy delgada, no se podía mantener parada a cuatro patas, aparentemente esta vez no pudo evitar que la descerrajasen un tiro que destrozó su cadera. Aunque seguramente había sobrevivido con los restos de comida que los Milanos esparcían, en esas condiciones estaba condenada pues ya no podría cazar y a pesar de que durante un tiempo la dejamos comida no la hemos vuelto a ver. La primera foto es de Junio del año pasado, la segunda de la última vez que la vimos hace un mes.



Afortunadamente nuestro precioso zorro de momento acude a la cita semanal y esperemos que lo siga haciendo y que consiga librarse de esos energúmenos que achacan a los de su especie ser los culpables de acabar con "las especies de caza" que ellos mismos han masacrado.



Pero siguiendo con nuestro balance, también dedicamos un tiempo a otras especies que tenía ganas de observar de cerca y con tranquilidad, y con las que tuvimos que realizar un trabajo previo, a veces mínimo y otras más complejo,  para atraerlas a un determinado sitio.

Por ejemplo fue el caso de las Perdices, ya que conseguimos que una pollada acudiese durante un par de meses a un bebedero que preparamos, lo que me permitió además de verlas y fotografiarlas, escuchar la variedad de sonidos que emiten en su desplazamiento además de su característico canto. Lamentablemente, que casualidad, esto solo duró hasta la media veda de caza, desde entonces desaparecieron.


Otro ave interesante fue el Relinchón (Pito real) Todos los días oía su clásico "relincho" hasta que conseguimos atraerle donde yo quería con algunas golosinas.



También algo parecido ocurrió con las abubillas, a las que por fin conseguí hacer que posasen tranquilamente para mí.




Una de las experiencias más bonitas de este año fue la localización de una pequeña colonia de Abejarucos que me permitió disfrutar de ese ave tan especial, tanto viendo el comportamiento pre-nupcial con la variedad de presas que ofrecían los machos a las hembras en las clásicas cebas, como las cópulas, o simplemente admirando su espléndido plumaje. Fueron unos días estupendos a los que ya dediqué una entrada en el blog hace unos meses. Ver entrada Abejarucos




Sin embargo tengo que reconocer que no todas las aves que intentamos atraer posasen para nosotros, pues quedaron dos asignaturas pendientes con el Críalo y con el Cuco, ambos estuvieron muy cerquita pero no conseguí que entrasen en mi campo de visión. No importa, quedarán para este año próximo.

Además de esta actividad descrita que realizamos durante todo el año y cerquita de nuestra casa, todas las semanas dedicamos una o dos salidas al campo para observar los acontecimientos naturales que nos brinda cada estación, por ejemplo si empezamos por la primavera, decir que nos encanta salir a buscar Orquídeas, y aunque este no fue un buen año para ellas en León, aún así alguna conseguimos ver y fotografiar.



El verano pasó tranquilo entre escapadas semanales a nuestra caravana disfrutando del mar y de lo que éste nos ofrece.


Es en ese tiempo para nosotros es el momento para ir en busca de insectos, pero tampoco éste fue un buen año para las Mariposas, que son otro de nuestros objetivos y aunque salimos algún día no conseguimos nada especial. Como anécdota, la última foto de esta serie que es de un Colibri (Macroglossum stellatarum) está tomada desde el hide a 4 metros con el 400 mm y recortada. 







Lo que si nos permitió este verano gracias a la falta de precipitaciones y a la pésima gestión que se ha realizado con el agua de nuestros embalses, fue recorrer con nostalgia el fondo de los mismos, buscando los lugares que hacía más de 30 años que no podíamos pisar. Pasear por los resquebrajados lechos de los tres grandes embalses de nuestra provincia, intentando ubicar en ese desierto fragmentado los sitios que tantas veces recorrimos cuando estaban vivos, fue una triste experiencia.

El paso del Porma entre Peña Utrero y Peña Armada

Iglesia de Miñera de Luna

Dando vista a donde estaba Escaro

Cambiamos de estación, y no sé qué pensarán otros fotógrafos de Naturaleza, pero para mí el Otoño es la estación que más oportunidades nos ofrece, aunque a la vista de la meteorología que nos depararon la Primavera y el Verano, éste no auguraba nada bueno, aún así son muchas las cosas que hacer en esta estación, y algunas no nos fueron tan mal.

En Otoño es el tiempo de la Berrea, y por aquí los Venados siguen acusando la mortandad que sufrieron en la nevada de hace unos años y una excesiva presión de caza que no se ha adaptado a esa circunstancia, por eso la berrea no ha vuelto a ser tan espectacular como antes.

Este año buscamos lugares nuevos y por lo menos pudimos disfrutar del sonido del monte con algo más de tranquilidad que otras veces, pero fotografiar a estos venados que son de los de verdad no resulta fácil, solamente conseguimos alguna instantánea representativa, pues el calor hizo que apenas saliesen del monte y que su actividad se centrase entre dos luces, pero eso sí, disfrutar del amanecer y atardecer oyendo a pocos metros a estos animales mereció la pena.





Muchas salidas otoñales van dedicadas a la búsqueda de tres de nuestros animales favoritos, Zorros, Gatos, y Rebecos, y estas salidas nos depararon algunas situaciones muy especiales, una de ellas fue encontrar a una confiada zorrina que nos asombró con su habilidad para cazar topillos.






En cuanto a los gatos también tuvimos la suerte de observar y fotografiar a varios ejemplares, pues huyendo de las aglomeraciones que se formaban en los sitios clásicos que todo el mundo ya conoce, localizamos nuevos ejemplares en lugares más tranquilos, y aunque algunos se han movido debido a la caza, a otros aún les hemos seguido observando y fotografiando hasta ahora.






Los Rebecos tampoco es que estén en su mejor momento, la sarna les ha castigado nuevamente, y las cabradas que conocíamos y que podían pasar de los 60 ejemplares, han quedado reducidas a casi la mitad.




Como todo los años en Otoño dedicamos algunas salidas a las Cabras monteses. Acostumbrado a los esquivos rebecos, moverse al lado de estos animales es algo totalmente diferente, pues con un poco de paciencia te puedes acoplar a uno de los rebaños y disfrutar observando el comportamiento de estos soberbios animales.


Este año en concreto fueron varios ejemplares los que pasaron a formar parte de nuestra galería. Desde hace años que vamos a fotografiarles me llama la atención la tranquilidad y seguridad con que se desenvuelven por el difícil terreno en el que viven, así como su confianza a pesar de la presión cinegética que soportan. Estas son algunas fotos de las tomadas este año.














Los paisajes otoñales también nos atraen, pero tampoco este año nos han dado mucho de sí, pues los arroyos y ríos que tanta gracia dan a nuestros bosques bajaron prácticamente secos, y la temperatura veraniega hizo que la transición de colores pasase muy rápida.




Y por último llegamos al invierno, que está dedicado por nosotros a hacer escapadas tanto a la montaña como a la meseta a disfrutar de los paisajes nevados, a ver las aves invernantes o cualquier otro animal que podamos encontrar.





Otros años habíamos ido "a descansar" unos días a ese paraíso que se llama Canarias, pero este año no pudimos ir, por lo que se nos ha quedado vacío un capítulo importante de esta estación, aunque lo intentaremos llenar en breve, así que hasta aquí éste ha sido un pequeño resumen de lo que el año nos ha dado de sí.

Espero que os haya gustado, aprovecho para desearos un buen año y que en el 2018 se cumplan por lo menos la mayor parte de vuestros deseos. Buena luz a todos y hasta la próxima. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario