lunes, 18 de febrero de 2013

Cuando la montaña pierde su nombre


No hace mucho que hemos abandonado la Cordillera Cantábrica,
apenas 150 Kms más al Norte bosques y montañas con alturas considerables difieren de estas llanuras con apenas desniveles. Árboles solitarios y edificaciones humanas son los mayores accidentes geográficos que podemos encontrar. Estamos en la estepa zamorana.


Es tierra de avutardas, y en España si hablamos de avutardas, nos viene a la mente Villafáfila, ya que es en esta reserva que lleva el nombre de uno de los pueblos que se encuentran dentro de ella, donde se encuentra la mayor población de Avutardas de España y posiblemente del mundo.

Esta estepa cuya orografía destaca por la uniformidad del terreno que solo cuenta con escasas y suaves inclinaciones y está dedicada al cultivo cerealista, parece dar la impresión de monotonía si lo comparamos con las tierras un poco más al norte donde los bosques y las montañas predominan, pero veremos más adelante que ofrece similares atractivos a los amantes de la Naturaleza, ya que concretamente aquí se encuentran las lagunas de agua salobre que dan cobijo a infinidad de aves tanto residentes como migradoras.

La reserva de Villafáfila fue creada en 1986 para proteger tanto a las emblemáticas aves esteparias, como a uno de los lugares más importantes de invernada para aves migradoras, entre las que destaca el Ánsar común (Anser anser)  pero además de las aves migratorias da cobijo en sus lagunas durante todo el año a prácticamente casi todas las especies de anátidas. También viven, pasan o invernan aquí casi todas las especies de la península Ibérica de limícolas, zancudas y todo tipo de aves que tienen que ver con humedales. La laguna principal llamada Laguna Grande en el término de Villafáfila con sus 192 Ha es la mayor de ellas.

Si hablamos de aves, hay que hacer mención al otro grupo importante de aves que viven en estas tierras: las rapaces tanto diurnas como nocturnas, aquí viven prácticamente todas las especies menores (hablamos de tamaño) de rapaces de España desde milanos a cernícalos, siendo estos últimos los más mimados, ya que se han reconstruido y adaptado palomares para facilitarles la nidificación.

                                Siguiendo las indicaciones


Por último hacer mención a las construcciones singulares que salpican toda esta geografía: los palomares. Desgraciadamente un gran número de ellos se encuentra en ruinas y en situación irrecuperable. Es una lástima que esta representación de un tipo de arquitectura tan popular se pierda.  


    Palomares de Villarrín de Campos



 Es un día de Enero, ha estado lloviendo toda la semana anterior y por fin parece que hoy hará un buen día. Aprovechando que disponemos de tiempo libre decidimos ir a pasar el día a Villafáfila para ver a los gansos, y por supuesto a las avutardas.


Como ha hecho mal tiempo, los caminos que se permiten recorrer estarán bastante malos y esto habrá limitado el paso de los turismos, por lo que es de suponer que las avutardas estarán más tranquilas.

                               Grupo de Gansos (Anser anser)


Después de tomar un café en el pueblo, nos dirigimos a realizar el primer recorrido partiendo de Otero de Sariegos para ver como están los caminos. Un primer vistazo antes de llegar al pueblo y ya vemos algunos gansos ocupando los alrededores de la laguna.  

Una vez en el camino vemos que en efecto las lluvias de la semana anterior han dejado los caminos casi intransitables y a pesar de ir en nuestro Toyota hay tramos en los que incluso tengo que bloquear el diferencial para poder pasar. Tengo ganas de probar “el invento” que me he fabricado para poder apoyar el objetivo en el cristal del coche, pero de momento solamente alguna avefría se pone a nuestro alcance en este primer tramo.

   Avefría (vanellus vanellus) en León las llamábamos francesillas


Después un pequeño bando de perdices cerca de las granjas que hay al lado del pueblo anima un poco el recorrido.


Bando de perdices (Alectoris rufa)


Cambiamos de zona tomando un camino que va hacia Villarrín de Campos y vemos un pequeño grupo de avutardas en un teso, esperamos un momento dentro del coche para ver si se ocultan detrás de la loma y podemos llegar a acercarnos. Bueno lo de acercarnos es una forma de hablar, ya que conseguir acercarse recechando a las avutardas  a menos de 150 metros en este terreno es una tarea casi imposible.

Después de varios intentos fallidos, conseguimos hacer alguna foto, pero sobre todo pasamos un buen rato disfrutando viendo el bando completo, que pasaba de los 100 ejemplares.

    Parte de un bando de unas 150 avutardas (Otis tarda)
    Una hembra controlándonos
   El impresionante vuelo de las avutardas

Aprovechamos que estábamos cerca para fotografiar algunos palomares que hay en ese tramo de camino, y después de comer un bocadillo, cambiamos de sitio para ver si localizábamos los bandos que hay en la zona de Tapioles.

Nada más tomar uno de los caminos que van paralelos a la carretera nos llevamos una grata sorpresa, de una de las cunetas un búho campestre salio volando, se poso a apenas 10 mts de nosotros y se nos quedó mirando. Por supuesto aprovechamos la ocasión y le tomamos varias fotografías, por fin le saqué jugo al invento del cristal. Lógicamente la tranquilidad del búho duro poco, y se fue alejando de nosotros con pequeños vuelos sin separase de la cuneta del camino, pero sin dejarse aproximar, menos mal que habíamos aprovechamos bien la primera ocasión que nos dio.

   Búho Campestre o Lechuza campestre (Asio flammeus)

Finalmente para no molestar mas a esta preciosa rapaz, cambiamos nuevamente de sitio y seguimos buscando avutardas, pero en esta zona de Tapioles no conseguimos ver muchas, aunque nos consta que hay bandos enormes, pues los hemos fotografiado en otras ocasiones, no obstante conseguimos alguna foto más, aunque siempre a gran distancia.

Avutardas


Más tarde volvimos a las lagunas para intentar tomar alguna foto a los gansos, o a alguna otra ave que se pusiese a tiro de objetivo, y en la granja que hay en uno de los caminos principales que salen de Villafáfila encontramos a este mochuelo, que también nos dejó tomar alguna foto.

                                            Mochuelo (Athene noctua)

Unas pocas vueltas más y alguna foto como la de la cogujada y nos quedamos por los alrededores de Otero para esperar a que los gansos saliesen a comer para ver y oír a las enormes bandadas.


                               Cogujada común (Galerida cristata)

    Gansos en formación 

    Una impresionante bandada de gansos

El día ya está terminando y el retorno de los gansos será cuando sea prácticamente de noche, así que nos volvimos para casa con un montón de fotos y habiendo disfrutado de un día repleto de buenos momentos haciendo propósito de volver a primeros de Abril para ver el apogeo del celo de las avutardas.  

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