miércoles, 15 de febrero de 2017

Las rapaces carroñeras

Las rapaces carroñeras


Dentro de la gran familia de las aves rapaces están las carroñeras, y a ellas vamos a dedicar
esta entrada del Blog.


Aunque por separado ya hemos hablado de ellas en diferentes entradas, quería dedicar una específica a estas aves que realizan una importantísima labor de limpieza en el campo, ya que están preparadas para consumir los restos de todo tipo de animales, "digiriendo" cualquier enfermedad que haya podido causarles la muerte y controlando así la propagación de muchas de ellas. Son por lo tanto indispensables en la Naturaleza y merecen el mayor de los respetos.



Desgraciadamente muchas veces no gozan de ese respeto, y el veneno y algunos humanos han llevado al borde de la extinción a alguna de estas especies.

Las más populares tanto por tamaño como por su eficacia a la hora de consumir carroñas son sin duda el grupo de los que comúnmente llamamos Buitres. En la península Ibérica tenemos cuatro representantes, el Buitre leonado, el Buitre negro, el Alimoche, y el Quebrantahuesos, de ellos en las montañas de nuestra tierra (León) habitan de momento las tres primeras especies, y desde esas montañas se desplazan a distancias considerables para localizar comida.




Siempre están rodeados por un séquito de carroñeros de otras especies como por ejemplo los "Córvidos", a los que ya dedicamos una entrada en el blog. Hay veces que estos Córvidos, sobre todo los cuervos les pierden el respeto creándose situaciones un tanto cómicas.


Siguiendo con los buitres, comprobamos que son animales sociables y muy metódicos, viven en grupos y antes de empezar a patrullar buscando comida esperan a que se formen las corrientes térmicas para poder tomar altura sin esfuerzo. Cuando han tomado altura y gracias a su vista cubren una gran cantidad de terreno, y además de buscar alimento, se controlan unos a otros de tal manera que cuando alguno localiza comida y empieza a descender todos los demás hacen lo mismo en cadena, ofreciendo todo un espectáculo en su descenso cuando se les va viendo aparecer en el cielo.


Un grupo de 40 o 50 Buitres puede devorar el cadáver de una oveja en apenas unos minutos y es impresionante ver como se amontonan para llegar a ella, llegando a formar torres de hasta tres pisos para poder alcanzar algún pedazo. 



Los Buitres leonados (Gyps fulvus) son bastante numerosos, con 10 Kg de peso y una envergadura de 2,5 m, son también una de las mayores aves que pueden volar. Tienen una gran memoria y saben interpretar diferentes señales que pueden representar una posible comida, por ejemplo, personalmente he comprobado varias veces que son capaces de dirigirse de inmediato hacia un disparo de rifle en la montaña, pues saben que normalmente después habrá al menos vísceras de algún animal en esa zona. Por supuesto saben también donde están los muladares en los que desde siempre se dejan los restos de los animales domésticos para que sean consumidos por estos ilustres basureros.


El Buitre negro (Aegypius monachus) es ligeramente mayor que su pariente el leonado, ya que su envergadura puede estar próxima a los 3 m. Aunque su hábitat en la península esta situado en la mitad suroeste de la misma, en los últimos años ya es normal verles en determinadas zonas de nuestra montaña mezclados con sus parientes los leonados. Quizá por su ligera ventaja en el tamaño son algo más dominantes y es frecuente que formen pequeñas escaramuzas con ellos a la hora de disputarse la comida.




Los Alimoches (Neophron percnopterus) son los más pequeños de los buitres, apenas llegan a 1,5 m de envergadura,  y también los sibaritas de los carroñeros, su pico es demasiado "fino" para desgarrar la piel de un animal y esperan a que los buitres hagan este trabajo para acercarse después a elegir entre los pequeños pedazos que quedan.

No nos acompañan todo el año, pues vienen aquí a reproducirse, y a finales de verano se van a sus cuarteles de invierno en el norte de África para regresar otra vez a principios de primavera. Otra de las características de estos pequeños buitres, es que hasta los 5 años no consiguen su plumaje entre blanco y crema característico, ya que cuando nacen son prácticamente negros y lo van aclarando paulatinamente a lo largo de esos años (la foto inferior corresponde a un "Guirre" que es como llaman al Alimoche en Fuerteventura)


En el blog hay una entrada dedicada a este "buitre sabio" como le denominó Félix Rodríguez de la Fuente en el "Hombre y la tierra".





Si hay algo que caracteriza a todos los "buitres" es su aspecto: anchas alas, cola corta, y cabeza desprovista de plumas al menos en una gran parte de la misma......


....... Pero cuando pasamos al otro grupo de comensales dentro de las aves rapaces carroñeras: Los Milanos, nos encontramos con todo lo contrario, unas aves esbeltas y de aspecto fiero. Su silueta es identificada por muchos como la de "águila" aunque su comportamiento y régimen alimenticio dista mucho de ese otro grupo de rapaces.


La potencia y la fuerza de los buitres, deja paso a la habilidad, pues la destreza en el vuelo de los Milanos es de las más especializadas dentro de las rapaces, pero esa especialización no está enfocada a la captura de otros animales, sino a la consecución de comida inmóvil, es decir pequeños cadáveres, restos de basura o grandes insectos.


De ellos tenemos dos especies en la península, el Milano negro (Milvus migrans) y el Milano real (Milvus milvus). No se parecen en nada a los otros necrófagos, y de ambos el Milano real es mucho más vistoso que su pariente el negro. También el Milano real es ligeramente mayor que su pariente el Milano negro, y la envergadura de ambos esta próxima a los dos metros, oscilando su peso entre los 750 y 1200 gramos.



Es una pena que de los Milanos reales apenas tengamos reproductores en la península, aunque nos visitan a finales de verano en cantidad considerable procedente del norte de Europa para quedarse a pasar aquí el invierno y volver  a finales de Abril a sus lugares de origen a reproducirse.

Durante ese último mes coinciden con sus parientes los Milanos negros procedentes de África, en este caso a reproducirse en nuestra península y a permanecer con nosotros hasta finales de verano. Es todo un espectáculo contemplar en algunos lugares grupos mixtos que pueden llegar hasta 40 ejemplares persiguiéndose o buscando comida.


Ambas especies como decíamos son muy torpes para conseguir presas vivas con que alimentarse salvo que sean pequeños animales moribundos sin ninguna capacidad de defensa, por lo que su alimentación principal está basada en restos de animales que encuentran muertos, y en restos de comida que buscan entre la basura en vertederos humanos, aunque también los insectos pueden llegar a formar parte de su alimentación

Es normal verles volando por encima de las carreteras, ya que los animales atropellados son fácilmente localizables, y como desgraciadamente son muchos los que mueren así, ellos encuentran en estos sitios una fuente de alimentación fácil y abundante.

La forma de buscar comida, como la de todos los necrófagos alados, está basada en la patrulla desde el aire, y al igual que los Buitres, pero en un territorio mucho más pequeño, cada uno del grupo buscará por una zona determinada, y cuando alguno localiza comida comenzará a planear en círculos sobre ella, emitiendo su canto característico que es como un agudo chillido, lo que hace que los otros Milanos se aproximen hasta que todo el grupo se va concentrando encima de la comida, después y dependiendo del tamaño comenzarán los picados para coger lo que puedan y comérselo en el aire, solamente se posarán si la presa es demasiado grande para llevársela.

Esa preferencia que tienen para coger la comida dando pasadas a gran velocidad, y los malabarismos que realizan en los picados son todo un espectáculo y un reto fotográfico.

Cuando llevas tiempo observando su comportamiento, te das cuenta que siempre siguen unas pautas antes de bajar a coger la comida, primero dan varias pasadas, es como si fijasen coordenadas para ubicar el sitio exacto donde está, después en la siguiente pasada ralentizan el vuelo o se quedan prácticamente inmóviles un instante para terminar haciendo un picado a toda velocidad para cogerla, ese picado es espectacular, pues al contrario del de otras rapaces depredadoras en que el picado es un vuelo directo con las alas plegadas, ellos hacen verdaderas acrobacias y cuando consigues pillarles en una de las posturas que adoptan es una gozada.







Aunque el verles coger la comida ya es de por sí llamativo, a mí me llama la atención ver como el pedazo elegido, a veces bastante grande, desaparece de inmediato oculto entre las plumas del vientre para despistar a sus compañeros y evitar que se lo roben, ya que una de las costumbres que más identifica a los Milanos es la cleptomanía, son "ladrones" por naturaleza, y los reales mucho más que los negros. Esa manía nos permitirá ver persecuciones espectaculares para intentar robar la comida a un compañero.


Esta manía cleptómana no solamente es entre ellos, cualquiera que lleve comida será acosado, aunque dependiendo del tamaño del perseguido la presión será más o menos fuerte. La excepción la tienen las Urracas, ya que las Pegas como las llamamos por aquí les tienen tomada la medida y conscientes de la incapacidad de los Milanos para capturar presas vivas esperan hasta el último momento rodeando la comida, para explotar volando delante de ellos en el último momento despistándoles, y repitiendo la operación hasta que consiguen poner un pedazo de esa comida a salvo.



Cuando otras rapaces como los Ratoneros o Laguneros se posan a comer habiendo Milanos cerca, enseguida son acosados por ellos. Es impresionante ver como coordinan los ataques, llegando incluso a chocar contra el sufridor de turno, que en la mayoría de las veces no le quedará más remedio que dejar lo que este comiendo.


Hay veces, cuando no hay muchos Milanos para coordinar esos ataques, que el hambre hace que se posen a disputar la comida creyéndose seguros por su tamaño que puede llegar a ser casi el doble que el de un macho de Ratonero, ese error les costará un buen revolcón aunque hay muchas veces que parece que se usan a sí mismos como cebo, pues hacen que el Ratonero les ataque, momento que es aprovechado por otro Milano para robar la comida que quedó desprotegida unos segundos.


Obviamente los Milanos también se posan para comer, aunque he observado que los negros lo hacen más a menudo que los reales.




    
Tengo la suerte de que en la zona en que estoy unos 20 Milanos nos acompañan todo el año, cantidad que se duplica durante el mes en que coinciden ambas especies, lo que nos permite disfrutar de todas las habilidades descritas y tomar infinidad de fotos.









Esto ha sido todo, hasta aquí esta entrada dedicada a estas beneficiosas aves y que espero os haya gustado. Hasta la próxima.  

1 comentario:

  1. Pon una entrada de animales cleptomanos y porque lo son.
    Visita mi blog:
    saraypaulacamin.bloggspot.com.es
    gracias

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