Se termina el año y toca hacer
balance de lo más significativo que nuestros
contactos con la Naturaleza han dado
de sí en este 2017. Un pequeño resumen de ese tiempo pasado en el campo en el
que te inhibes por unas horas de los problemas cotidianos, y que a lo largo de
estos doce meses ha dado lugar a muchas situaciones, muchas de ellas plasmadas en miles de fotos.
Describir todas sería larguísimo, así que solo comentaremos
alguno de los hitos más significativos de este 2017 que se va.
Climatológicamente en León como
en casi toda España hemos tenido un año un tanto diferente debido a las
condiciones meteorológicas tan especiales que se han venido dando desde la
pasada Primavera hasta ahora, y que han generado unos escenarios distintos a
los de otros años. La sequía que ha dejado sin agua a casi todos los enclaves
húmedos de la zona, ha ocasionado que los habitantes habituales de estos
humedales hayan tenido que cambiar de lugar, y eso los que han podido hacerlo,
ya que otros muchos como los peces y muchos anfibios desgraciadamente han
muerto o su población se ha visto reducida de una forma drástica.
Otra cosa que ha marcado a este
año especial en estas tierras, fue una gran helada a finales de Abril que bajó
los termómetros a -7º C después de unas semanas primaverales o casi veraniegas,
esa helada acabó no solo con toda la floración que se había adelantado, sino
también con todos los brotes nuevos de árboles y arbustos, lo que ha ocasionado
que de cara al Otoño en una gran parte de la provincia no haya apenas frutos,
es decir comida. Esa situación junto con la mencionada sequía ha motivado que muchas
especies, y no solo las que dependen de zonas húmedas, hayan tenido que cambiar
de lugar y los transeúntes otoñales hayan pasado por aquí muy de corrido.
Esa falta generalizada de agua,
ha hecho que los bebederos que algunos conservamos hayan adquirido un
protagonismo más especial de lo habitual, pues han ayudado a mantener en su
entorno tanto a las aves como a los mamíferos de la zona.
Aunque el aporte continuo de agua
a los mismos ha sido laborioso, el
resultado obtenido compensa con creces el trabajo realizado, y ha sido una satisfacción
ver como estos pequeños oasis han ayudado a los polluelos de las aves que
anidan en su entorno a salir adelante, y han facilitado ligeramente la vida a
todos los animales de los alrededores.
Sin embargo aquí ha sido un año
muy bueno para las rapaces, pues tanto Milanos negros como Ratoneros, Calzadas,
Buitres y alguna otra especie más, han sacado adelante sus polluelos sin
problema.
Puestos en situación comenzamos
diciendo que a nosotros cualquier disculpa nos sirve para estar en contacto con
la Naturaleza, por lo que hemos ido combinando las salidas al campo con las visitas
a nuestros hides.
Empezamos por el hide fijo que
mantenemos desde hace unos años. Decir que cada día tiene más visitantes tanto
"alados" como "peludos" lo cual es una satisfacción, aunque
a veces esto ocasiona que una de las condiciones indispensables para que tanto
nosotros como los comensales disfrutemos, y que es la de pasar desapercibido,
se vea seriamente comprometida.
Como ya he reflejado en varias
entradas de "Mi Blog", a nuestro hide acuden habitualmente y
dependiendo de la época del año un buen número de Milanos, tanto reales como
negros, Ratoneros, Aguiluchos laguneros, Águilas calzadas, Buitres.... junto
con toda la gama de Córvidos de la zona, pero también otras especies menos
comunes en el hábitat que nos rodea nos han sorprendido gratamente y nos han
permitido disfrutar con su presencia.
Comenzando por los más grandes,
durante todo el verano los buitres fueron comensales habituales, y posiblemente
atraídos por ellos, otros visitantes aparecieron más o menos esporádicamente,
entre ellos lo más llamativo fue recibir la visita de un Buitre negro, de un
Águila real, y de varios Alimoches.
En este hide hay un pequeño
estanque que mantenemos desde hace ya dos años, y que además de ser utilizado
por las aves rapaces citadas, atrae a cientos de otras pequeñas aves que lo han
tomado como punto de referencia, y poco a poco vamos anotando un listado de
"bebedores y bañistas" que supera ya las 70 especies.
Estos son algunos de los fichajes nuevos de este año, de arriba a abajo: Picogordo, Zarcero poliglota, Bisbita alpino, Cogujada común, Lavandera cascadeña, Collalba gris, Escribano soteño.
También y además de los que he
mencionado hemos tenido otros visitantes muy especiales, y que de no haberlos
fotografiado dudaría que su presencia no hubiese sido un espejismo, pues nunca
hubiese pensado que podían vivir en este tipo de hábitat y tan cerca de
nosotros. Afortunadamente la desconfianza de algunos de ellos y los hábitos
nocturnos de otros, de momento les van manteniendo en el anonimato y a salvo de
escopeteros sin escrúpulos, y por mi parte así seguirán disfrutando de la
tranquilidad que les brinda ese anonimato.
Pero no todo es disfrutar en el
hide, ya que es muy duro mantenerlo dentro de un coto de caza, pues ves
impotente como animales con los que de alguna manera estableces un vínculo,
incluidos los que pertenecen a especies protegidas, de repente desaparecen y después de un día de caza esperas con
incertidumbre a ver si todos los animales que conoces acuden, y en qué
condiciones lo hacen.
Al hilo de esto, quiero recordar
a uno de nuestros primeros visitantes, una zorrina que sobrevivió a una batida
que esos "deportistas" dieron hace dos temporadas y en la que mataron
a sus padres. Se presento en el hide medio arrastrándose y muy delgada, no se
podía mantener parada a cuatro patas, aparentemente esta vez no pudo evitar que
la descerrajasen un tiro que destrozó su cadera. Aunque seguramente había sobrevivido con los restos de comida que los Milanos esparcían, en esas
condiciones estaba condenada pues ya no podría cazar y a pesar de que durante un tiempo
la dejamos comida no la hemos vuelto a ver. La primera foto es de Junio del año pasado, la segunda de la última vez que la vimos hace un mes.
Afortunadamente nuestro precioso zorro de momento acude a la cita semanal y esperemos que lo siga haciendo y que consiga librarse de esos energúmenos que achacan a los de su especie ser los culpables de acabar con "las especies de caza" que ellos mismos han masacrado.
Pero siguiendo con nuestro balance, también
dedicamos un tiempo a otras especies que tenía ganas de observar de cerca y con
tranquilidad, y con las que tuvimos que realizar un trabajo previo, a veces
mínimo y otras más complejo, para
atraerlas a un determinado sitio.
Por ejemplo fue el caso de las
Perdices, ya que conseguimos que una pollada acudiese durante un par de meses a
un bebedero que preparamos, lo que me permitió además de verlas y
fotografiarlas, escuchar la variedad de sonidos que emiten en su desplazamiento
además de su característico canto. Lamentablemente, que casualidad, esto solo duró hasta la
media veda de caza, desde entonces desaparecieron.
Otro ave interesante fue el Relinchón (Pito
real) Todos los días oía su clásico "relincho" hasta que
conseguimos atraerle donde yo quería con algunas golosinas.
También algo parecido ocurrió con
las abubillas, a las que por fin conseguí hacer que posasen tranquilamente para
mí.
Una de las experiencias más
bonitas de este año fue la localización de una pequeña colonia de Abejarucos que
me permitió disfrutar de ese ave tan especial, tanto viendo el comportamiento
pre-nupcial con la variedad de presas que ofrecían los machos a las hembras en
las clásicas cebas, como las cópulas, o simplemente admirando su espléndido
plumaje. Fueron unos días estupendos a los que ya dediqué una entrada en el
blog hace unos meses. Ver entrada Abejarucos
Sin embargo tengo que reconocer
que no todas las aves que intentamos atraer posasen para nosotros, pues quedaron dos asignaturas pendientes con el
Críalo y con el Cuco, ambos estuvieron muy cerquita pero no conseguí que
entrasen en mi campo de visión. No importa, quedarán para este año próximo.
Además de esta actividad descrita que realizamos durante todo el año y cerquita de nuestra casa, todas las
semanas dedicamos una o dos salidas al campo para observar los acontecimientos
naturales que nos brinda cada estación, por ejemplo si empezamos por la
primavera, decir que nos encanta salir a buscar Orquídeas, y aunque este no fue
un buen año para ellas en León, aún así alguna conseguimos ver y fotografiar.
El verano pasó tranquilo entre
escapadas semanales a nuestra caravana disfrutando del mar y de lo que éste nos
ofrece.
Es en ese tiempo para nosotros es el momento
para ir en busca de insectos, pero tampoco éste fue un buen año para las
Mariposas, que son otro de nuestros objetivos y aunque salimos algún día no
conseguimos nada especial. Como anécdota, la última foto de esta serie que es de un Colibri (Macroglossum stellatarum) está tomada desde el hide a 4 metros con el 400 mm y recortada.
Lo que si nos permitió este
verano gracias a la falta de precipitaciones y a la pésima gestión que se ha realizado con el agua de
nuestros embalses, fue recorrer con nostalgia el fondo de los mismos, buscando los
lugares que hacía más de 30 años que no podíamos pisar. Pasear por los resquebrajados lechos de los tres grandes embalses de nuestra provincia, intentando ubicar
en ese desierto fragmentado los sitios que tantas veces recorrimos cuando
estaban vivos, fue una triste experiencia.
El paso del Porma entre Peña Utrero y Peña Armada
Iglesia de Miñera de Luna
Dando vista a donde estaba Escaro
Cambiamos de estación, y no sé qué pensarán otros
fotógrafos de Naturaleza, pero para mí el Otoño es la estación que más
oportunidades nos ofrece, aunque a la vista de la meteorología que nos depararon la Primavera y el Verano, éste no auguraba nada bueno, aún así son muchas las cosas que hacer
en esta estación, y algunas no nos fueron tan mal.
En Otoño es el tiempo de la Berrea, y por aquí los
Venados siguen acusando la mortandad que sufrieron en la nevada de hace unos
años y una excesiva presión de caza que no se ha adaptado a esa circunstancia, por eso la berrea no ha vuelto a ser tan espectacular como antes.
Este año buscamos lugares nuevos y por lo menos pudimos disfrutar del sonido del monte con algo más de tranquilidad que otras veces, pero fotografiar a estos venados que son de los de verdad no resulta fácil, solamente conseguimos alguna instantánea representativa, pues el calor hizo que apenas saliesen del monte y que su actividad se centrase entre dos luces, pero eso sí, disfrutar del amanecer y atardecer oyendo a pocos metros a estos animales mereció la pena.
Este año buscamos lugares nuevos y por lo menos pudimos disfrutar del sonido del monte con algo más de tranquilidad que otras veces, pero fotografiar a estos venados que son de los de verdad no resulta fácil, solamente conseguimos alguna instantánea representativa, pues el calor hizo que apenas saliesen del monte y que su actividad se centrase entre dos luces, pero eso sí, disfrutar del amanecer y atardecer oyendo a pocos metros a estos animales mereció la pena.
Muchas salidas otoñales van
dedicadas a la búsqueda de tres de nuestros animales favoritos, Zorros, Gatos,
y Rebecos, y estas salidas nos depararon algunas situaciones muy especiales,
una de ellas fue encontrar a una confiada zorrina que nos asombró con su
habilidad para cazar topillos.
En cuanto a los gatos también
tuvimos la suerte de observar y fotografiar a varios ejemplares, pues huyendo
de las aglomeraciones que se formaban en los sitios clásicos que todo el mundo ya conoce, localizamos nuevos ejemplares en lugares más tranquilos, y aunque
algunos se han movido debido a la caza, a otros aún les hemos seguido
observando y fotografiando hasta ahora.
Los Rebecos tampoco es que estén
en su mejor momento, la sarna les ha castigado nuevamente, y las cabradas que
conocíamos y que podían pasar de los 60 ejemplares, han quedado reducidas a casi la mitad.
Como todo los años en Otoño dedicamos
algunas salidas a las Cabras monteses. Acostumbrado a los esquivos rebecos,
moverse al lado de estos animales es algo totalmente diferente, pues con un
poco de paciencia te puedes acoplar a uno de los rebaños y disfrutar observando
el comportamiento de estos soberbios animales.
Este año en concreto fueron
varios ejemplares los que pasaron a formar parte de nuestra galería. Desde
hace años que vamos a fotografiarles me llama la atención la
tranquilidad y seguridad con que se desenvuelven por el difícil terreno en el
que viven, así como su confianza a pesar de la presión cinegética que soportan.
Estas son algunas fotos de las tomadas este año.
Los paisajes otoñales también nos
atraen, pero tampoco este año nos han dado mucho de sí, pues los arroyos y ríos que
tanta gracia dan a nuestros bosques bajaron prácticamente secos, y la
temperatura veraniega hizo que la transición de colores pasase
muy rápida.
Y por último llegamos al invierno,
que está dedicado por nosotros a hacer escapadas tanto a la montaña como a la meseta a
disfrutar de los paisajes nevados, a ver las aves invernantes o cualquier otro
animal que podamos encontrar.
Otros años habíamos ido "a descansar"
unos días a ese paraíso que se llama Canarias, pero este año no pudimos ir, por
lo que se nos ha quedado vacío un capítulo importante de esta estación, aunque lo intentaremos llenar en breve, así que hasta aquí éste ha
sido un pequeño resumen de lo que el año nos ha dado de sí.
Espero que os haya gustado, aprovecho
para desearos un buen año y que en el 2018 se cumplan por lo menos la mayor parte de vuestros deseos. Buena luz a todos y hasta la próxima.
No hay comentarios:
Publicar un comentario